Entre montañas, piedra y aire medieval se oculta uno de los pueblos más bonitos del noroeste de Zamora, perfecto para una visita rápida y llena de encanto. Su casco histórico, compacto y muy fácil de recorrer, combina calles empedradas, balcones de madera y un castillo que domina el valle del río Tera, creando un ambiente único que se disfruta incluso en algunas horas. Si buscas una escapada breve y auténtica, te animo a tomar nota de este itinerario. Reúne los lugares imprescindibles de Puebla de Sanabria, con la posibilidad de añadir una parada en el Lago de Sanabria, uno de los rincones naturales más espectaculares de la zona.
7 imperdibles para ver en Puebla de Sanabria en un día
Plaza Mayor
Al llegar a lo alto del casco histórico aparece la plaza Mayor, el corazón de Puebla de Sanabria y uno de esos puntos en los que la vida cotidiana se mezcla con siglos de historia. Rodeada de casas nobles con balcones de madera y soportales, conserva un encanto especial que se percibe a simple vista.
En un lateral se levanta el Ayuntamiento, un edificio renacentista del siglo XV con sus dos torres gemelas vigilando la plaza. Justo enfrente, la iglesia de Nuestra Señora del Azogue impone su presencia románica, mientras que la pequeña ermita de San Cayetano aporta una nota más íntima y recogida.
Castillo de Puebla de Sanabria
Dominando todo el casco antiguo se alza el castillo de Puebla de Sanabria, construido en el siglo XV sobre una fortificación anterior. Es el gran símbolo defensivo de la villa y la mejor atalaya para comprender la historia y el entorno.
De piedra robusta y con torres que todavía impresionan, guarda en el interior un espacio museístico dedicado a las fortificaciones, con exposiciones que ayudan a entender el papel estratégico del lugar. Pero lo mejor está en el exterior: recorrer las murallas y asomarse a los miradores. Desde ahí, el pueblo parece una maqueta perfecta, y el valle del Tera se abre con una belleza natural que sorprende hasta en días nublados.
Calles empedradas y miradores con encanto
Después de visitar el castillo, te recomiendo perderte por las calles del casco antiguo. La calle Rúa, una de las más bonitas, mantiene las típicas casas sanabresas con balcones de madera, grandes aleros y fachadas de piedra. En cada esquina hay detalles que capturan la atención: escudos tallados, puertas reforzadas con herrajes antiguos, fuentes de piedra que parecen brotar de la historia.
Desde el mirador del Castillo se obtienen las vistas más increíbles del río Tera y de las montañas que rodean la villa. Más abajo, junto al puente de San Francisco, el paisaje se abre hacia prados, bosques de castaños y robles, y pequeños rincones en los que el pueblo se funde con la naturaleza.

Museo de Gigantes y Cabezudos
Entre tanta historia se deja ver un rincón lleno de color: el museo de Gigantes y Cabezudos. Este pequeño espacio alberga a los personajes festivos que forman parte de las tradiciones de Puebla desde hace generaciones. Aunque la visita es breve, transmite una alegría que contrasta con la sobriedad del casco medieval.
Las figuras, con trajes, coronas y expresiones exageradas, permiten conectar con la parte más popular y animada del pueblo, esa que sale a la calle en días de fiesta.
Paseo fluvial
En la parte baja de la localidad comienza el paseo fluvial del río Tera, un sendero cómodo y agradable que sigue el curso del agua entre vegetación, puentes y tramos de sombra. Es una ruta ideal para complementar el recorrido por el casco histórico o para desconectar un rato antes de volver al coche.
Desde el camino se consigue una de las vistas más bonitas: el caserío escalonado remontando la colina, con el castillo vigilando desde lo alto y su reflejo temblando en el agua. Al atardecer, cuando la luz se vuelve dorada, el paseo fluvial se convierte en un lugar especialmente mágico.
Lago de Sanabria
A solo 15 kilómetros de Puebla se encuentra el Lago de Sanabria, el mayor lago de origen glaciar de la península ibérica y uno de los paisajes naturales más sorprendentes del noroeste español. Cercado por montañas y bosques, forma parte de un parque natural que protege un ecosistema de enorme riqueza.
En verano, las orillas se colman de vida: playas tranquilas, senderos fáciles y aguas claras en las que darse un baño refrescante. En otoño, el paisaje se tiñe de dorados y rojizos, creando una atmósfera maravillosa. Es un lugar que invita a bajar el ritmo, respirar hondo y dejarse envolver por la naturaleza.

Qué comer en Puebla de Sanabria
Luego de recorrer el casco antiguo, toca disfrutar de la cocina sanabresa, una gastronomía sencilla, contundente y bastante adecuada para recuperar fuerzas. Imprescindibles: el caldo sanabrés, las truchas del Tera, los embutidos artesanales y el bacalao a la sanabresa, uno de los platos más tradicionales de la región.
Si eres de postre, te sugiero probar la tarta sanabresa o unas rosquillas caseras que se pueden acompañar con un licor de hierbas. En la plaza y sus alrededores hallarás tabernas familiares en las que comer bien, sin complicaciones y con ese trato cercano que solo tienen los pueblos pequeños.
Cómo llegar a Puebla de Sanabria
La forma más recomendable de llegar a Puebla de Sanabria es en coche, ya que te permite moverte con libertad por el centro histórico y sus alrededores. El pueblo está junto a la autovía A-52 (Rías Baixas), perfectamente señalizado, y cuenta con varias zonas de aparcamiento gratuito. Desde aquí también es fácil acercarse al Lago de Sanabria o conocer los pueblos más próximos como San Martín de Castañeda, Galende o Ribadelago Viejo.
Si prefieres el transporte público, debes saber que es posible llegar en tren o autobús. El AVE Madrid–Galicia para en la estación Sanabria AV, a pocos kilómetros del pueblo, y la compañía Avanza ofrece conexiones en autobús desde Zamora, Benavente y Madrid. Sin embargo, si quieres aprovechar al máximo la visita y pasear a tu ritmo, el coche sigue siendo la mejor opción.
Puebla de Sanabria, un rincón que se queda contigo
Puebla de Sanabria es uno de esos lugares que combinan historia, naturaleza y autenticidad de manera única. Su casco antiguo, con calles empedradas, balcones de madera y plazas animadas, es de los más bonitos de Castilla y León, mientras que el Lago de Sanabria, con aguas frías y transparentes, aporta un contraste natural que completa la experiencia.
Conocer este pueblo es adentrarse en la historia: un castillo que vigila el horizonte con orgullo, piedras que parecen guardar siglos de recuerdos y el rumor del río Tera que invita a caminar sin prisa. Puebla de Sanabria deja la sensación de haber descubierto un rincón distinto, sereno y lleno de alma. Un destino que permanece en la memoria mucho después de haberlo dejado atrás.